40 años de democracia

derechos humanos
Fecha:10/12/2023Por:Laura Oszust

Hoy se cumplen 40 años de la vuelta a la democracia. Muchas pensamos en este día como una jornada de celebración y alegría, porque es en el sistema democrático donde pudimos luchar y conseguir muchos derechos, como el divorcio vincular, la patria potestad compartida, que el Estado reconociera la violencia machista con la sanción de la Ley 26.485, el matrimonio igualitario, el cupo laboral travesti trans, la interrupción voluntaria del embarazo, entre otros.

Sin embargo, hoy es un día de preocupación. El partido que asume el gobierno niega la desigualdad de género, los femicidios y otras violencias machistas. Sobre esa base sostiene que el Estado no debe invertir en políticas públicas con perspectiva de género, cuestión que se expresa en la disolución o desjerarquización del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. La creación del Ministerio fue fruto de la lucha feminista, una política desde las calles a las instituciones, de abajo hacia arriba. Entendemos que en estos 4 años este Ministerio no funcionó como soñábamos, pero siempre hay que apostar por mejorar al Estado, no suprimirlo. Más allá de las críticas que desde el movimiento de mujeres podemos hacerle al Ministerio y la decisión política de ciertas acciones/inacciones (nunca a sus trabajadoras), a partir de éste pudimos instalar en la agenda pública y política temas como las brechas de género, la violencia vicaria, el índice de crianza, la licencia igualitaria de mapaternidad, la distribución igualitaria del trabajo doméstico y la creación de un sistema de cuidados. Todas estas problemáticas inciden en la desigual distribución de la riqueza que tiene como consecuencia que las mujeres y diversidades seamos las más pobres entre los pobres.

Luego de mucho batallar, hoy nuestras demandas y conquistas tienen un consenso social que antes era impensado. En cierto modo nos volvimos "statu quo" y hasta, para algunos, lo "políticamente correcto". Aunque para nosotras nuestro movimiento es revolución, para los sectores conservadores y de derecha somos lo hegemónico. En ese paradigma es que se posiciona la derecha para atacarnos, se autoperciben revolucionarios, pero sólo quieren conservar sus privilegios. Para ellos la Justicia Social es una aberración, porque implica que no sean los únicos invitados a la fiesta. Y quienes apoyan hoy esta postura creen que forman parte de esos "ciudadanos de bien" que tienen lo que tienen por su esfuerzo y mérito y no porque las condiciones políticas acompañaron y posibilitaron mejoras en su calidad de vida. Además, valoran la honestidad brutal de alguien que les dice la verdad sobre su plan económico: "la van a pasar mal por un tiempo", sin pensar en qué consecuencias reales va a tener eso en sus vidas. Y las que peor la vamos a pasar somos las mujeres. Todo parece estar patas para arriba, pese a que nos matan a 1 cada 29 hs, somos las censoras y verdugas, somos las bancadas por el poder económico internacional, somos el enemigo. De repente somos la casta. A pesar de esto, nosotras tenemos que tener bien en claro qué somos y por qué luchamos.

A nosotras no nos sirve la igualdad ante la Ley per se, necesitamos medidas que alienten al sistema hacia la igualdad real, la que vemos cuando hay pocas mujeres en las TICs, pocas mujeres empleadas formales, pocas mujeres propietarias de sus viviendas, pocas mujeres como CEOs de empresas y funcionarias públicas. Y esto necesitamos que les llegue a las amigas, vecinas, tías, madres que tienen la visión de que el feminismo es de nicho, violento o muy académico. Es urgente volver a las bases, charlar con amorosidad, con bronca, pero también con alegría.

A cuatro décadas de recuperar la democracia, al desafío de defender lo conseguido se le suma el de volver a encontrarnos entre nosotras, bajar el concepto de sororidad a la realidad y construir consensos con otras. Es el ejemplo de lucha que nos legaron las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo: organizarnos y no bajar los brazos.

Es cierto que la democracia no es un sistema perfecto, pero es el único que conocemos que funciona para garantizar derechos y para eso necesitamos más mujeres participando en la política, la democracia es con nosotras adentro.

Nosotras vamos a seguir trabajando por eso. Lo que ellos niegan nosotras lo visibilizamos. No hay que olvidar que somos el país del Ni Una Menos y pionero en derechos humanos, y esas conquistas tienen una reacción de las fuerzas del patriarcado, que se refleja en actos de violencia y odio. Pero nosotras, plata y miedo nunca tuvimos, así que seguiremos luchando para construir un mundo igualitario y con las mismas oportunidades para todxs. Feliz día de la democracia compañeras.

*Directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de AQSNV.